Pregunta:
las aseguradoras de coches y motos son unos autenticos ladrones ,porque?
2006-08-12 04:35:09 UTC
Ese si que es en negocio del siglo,estamos obligados a tener un seguro,que no me parece mal,pero porque tienen que ser tan caros? eso si se dignan a asegurante.
Doce respuestas:
caracoletti
2006-08-12 04:40:58 UTC
Por eso precisamente: es un negocio seguro y del que nadie puede escapar.
2006-08-14 10:07:11 UTC
El precio está en función del número de robos o accidentes.



Por ejemplo, si un policía te detuviera en estado de ebriedad manejando un vehículo y te metieran dos años a la cárcel y si hubiera un número suficiente de policías verificando a los conductores en las principales arterias de su ciudad entonces el número de muertes y accidentes automobilísticos se reduciría drásticamente y por ende tambíén los precios de las aseguradoras pues el riesgo de que un borracho te choque o de que tú seas el borracho sería muy pequeño.



Por lo tanto, para que pagues menos lo único que tienes que hacer es escribirle a tu congresista (O el cargo equivalente en tu país que elabore las nuevas leyes) y enviarle un reporte detallado con cifras de como se beneficiaría la población con esa nueva ley.



Otra Ley que se puede hacer es por ejemplo, que si te arrestan con un auto robado vayas a la cárcel una década eso también reduciría el número de robos considerablemente.
2006-08-13 12:51:18 UTC
Los hay muy apañados. Prueba con Caser. No son familia de ningún abogado: No hagas caso a los subnormales que hablan de todo y no saben nada.
Macrocetro
2006-08-12 09:39:25 UTC
Quizá si pero está en cada consumidor de un producto y leer el contrato. Se que es la famosa letra chica pero ahí se aclara cuales son las pautas del contrato. Como no nos guste leer y es bastante tedioso el tema. Generalmente pasa.

Saludos.
2006-08-12 08:57:43 UTC
es su trabajo,,de eso viven ellos,,,
2006-08-12 06:48:28 UTC
Son familia de los abogados
rasoc01
2006-08-12 06:10:36 UTC
Si hubiera más gente que se asegurara habria más competencia entre las aseguradoras y el costo bajaría, ademas por que el riesgo se compartiria entre mas gente.
2006-08-12 05:32:39 UTC
No necesitas asegurate contra todo riesgo, la exigencia es estar asegurado contra daños a terceros. Tampoco es barato, pero pagable.
angy94
2006-08-12 05:02:17 UTC
No son ladrones están amparados por el gobierno o sea es un curro legalizado, te explico porque si tenes un siniestro y durante el juicio que puedas tener, la compañía se funde teóricamente tendrías que estar cubierto por el instituto nacional de reaseguro y como ya paso no es así, ej Belgrano en su momento.

Además si te pasa esto y sos solvente aunque no tengas culpa y el culpable es insolvente pagas vos¡¡¡¡. ES UN CURRITO LINDO NO?
xagax
2006-08-12 04:41:31 UTC
Porque la desconfianza es el mejor negocio. Ellos basan sus politicas partiendo de la base de que el mundo esta lleno de ladrones y todo tipo de riezgos para cobrar una fortuna.
2006-08-12 05:04:54 UTC
Porke aunke nadie nos obliga a tener vehiculo. Se aprobechan de la necesidad k tenemos de desplazarnos para poner precios abusibos.
Monoluz
2006-08-12 04:45:55 UTC
Si me tienes un poco de paciencia te cuento que:

Sucedió una ocasión, que se reunieron para desayunar Don Magnate y Don Empresario; principales socios de varias firmas bancarias, dueños de dos empresas petroleras, de una flota de barcos mercantiles, de varias líneas aéreas y de una empresa fabricante de automóviles, para comentar sobre sus negocios cuyas variaciones fluctuaban impresas en una grafica mostrando una línea verde que subía, cuando la producción iba a mejor y bajaba, a la vez que se volvía amarilla y en caso de que esta bajara más de determinado nivel lucía un color rojo intenso y significaba que había que poner una especial atención para descubrir y remediar los motivos del peligroso descenso. Verticalmente, había un indicador, que mostraba que los promedios eran considerados mensualmente y al mismo tiempo, al año que correspondía cada mes; de manera muy objetiva y clara, se podía observar en cada año la tendencia predominante y en que mes se producían los movimientos. A cada una de las empresas, en las que trabajaba su inversión, correspondía una gráfica en particular, pero uno de los empleados de más confianza, se encargaba de hacer extracto global con la información contenida en todas las gráficas.

La estrategia de tener, tan diversificadas sus inversiones, daba como resultado que cuando una de las empresas parecía bajar, siempre había otra que tendía a subir, de manera que de una manera u otra se compensaban las pérdidas de la una con las ganancias de la otra. Así, a manera de un pulpo, hacían frente a sus competidores arriesgando muchas veces una de sus empresas para hacer eficaz frente a sus competidores, mientras otra bogaba viento en popa y rindiendo beneficios a por mayor; mientras que su inversión, estaba segura y las ganancias, por un lado o por otro, se incrementaban de forma increíble.

En esta ocasión, en particular, ninguna de sus firmas estaba en conflicto casual ni inducido y todo parecía , según los diagramas, que podían echar las campanas al vuelo, pero a muy a pesar de ello Don Magnate se mostraba inconforme y ambos coincidieron en que arriesgaban mucho su capital, al confiarlo a los altibajos del mercado, empleados desleales, problemas de tipo laboral y la competencia, que parecía no dormir nunca.

- Hay que pensar, en un negocio, en el que haya necesidad de muy pocos y leales empleados y que reditúe buenas ganancias, con las menores mermas posibles – dijo Don Magnate, a Don Empresario – Te dejo, como un encargo especial, descubrir un negocio de esas características y te aseguro que los dos saldremos bien beneficiados.

Don Empresario, especialista en tácticas laborales, estrategias de mercadotecnia y financieras, sintió el peso de la responsabilidad que se echaba encima y se retiró meditabundo. Este encargo tan especial, venido de alguien tan especial y tan difícil de soslayar, lo dejaría insomne varias noches y con desgano para lo más elemental, como eran sus alimentos.

Hizo juntas de negocios, con varios colegas, hablando con ellos de varios temas y sin tratar concretamente ninguno, esperando que durante las conversaciones surgiese algún detalle inspirador, para la resolución del enigma propuesto.

Se reunía, con los líderes sindicalistas con cualquier motivo de orden laboral, que coincidió en esa ocasión, que ellos solicitaban mejores condiciones de seguridad e higiene en los centros de trabajo. Él, pensando en su rompecabezas aceptó todas las demandas; que tuviesen los trabajadores, un sitio apropiado y aparte de su lugar de labor, donde degustar sus alimentos a la hora de la comida, era solo una de las demandas y otra entre tantas que había en su pliego petitorio era, que autorizase la fundación de una mutualista dentro de la empresa, con la finalidad de recabar fondos hasta reunir una cantidad suficiente para ayudar a sus deudos en gastos de defunción, cuando se diese el fallecimiento de cualquiera de ellos. Una mínima cantidad, sería descontada en nómina a cada trabajador, que con el tiempo sería una cuantía considerable y suficiente para el efecto deseado.

Don Empresario, escuchaba todo aquello, sin atender del todo y sin entender gran cosa, en su mente revoloteaba la consigna encomendada y dijo que sí, como el que deshoja una margarita... me quiere, no me quiere... en este caso, decía si a una petición y a dos, decía que no, sin escuchar. Empero, dentro del cúmulo de pensamientos ajenos, que se introdujeron por sus oídos para llegar a su cerebro, hubo algo en el que reparó su subconsciente y le dio un aviso, pero como todos lo hacemos, lo ignoró y siguió en lo suyo.

Continuó con sus actividades, reuniéndose con gentes de diversa índole, con la intención de indagar sobre el encargo especial que le había sido encomendado; lo hizo, con los representantes de una asociación de comerciantes, con dirigentes políticos, se atrevió a dar la cara durante una manifestación que amenazaba huelga del personal de tierra de una de sus líneas aéreas más productivas, a la que estaban dispuestos a sumarse los pilotos y aeromozas. Dio, solución benevolente a muchas de sus demandas, nada más hasta el punto en que se lograba conjurar la amenaza de huelga general.

Poco después de esto, se dio el fatal accidente de uno de los aviones de la misma línea aérea, falleciendo en el suceso todo el personal de a bordo y para acallar su conciencia y las demandas de los deudos, tuvo que pagar sumas exorbitantes a los familiares de los pasajeros, pues en busca de responsabilidades resultó que la administración había sido culpable del incidente. Como muestra de solidaridad, asistió a las exequias de su personal, siendo testigo del dolor ocasionado por aquella tragedia y de pronto... como un chispazo, en su mente se produjo de nuevo el mensaje ignorado en otra ocasión, pero en esta, era tan claro. ¡Si! ¿Porqué no? ¡Pues, claro!.

En cuanto tuvo oportunidad, se apartó de la negra multitud y ordenó a su ayudante más cercano, que fuese con Don Magnate y concertase cita con él, para el día siguiente a la hora del desayuno.

Al otro día, ya poniendo azúcar a su café con leche preferido, se disponía a desglosar ante el jefe el negocio de su vida, un seguro para después de la muerte.

Don Magnate, inicialmente movía la cabeza oscilando de lado a lado denotando su incredulidad – Se ha dado cuenta Usted, del miedo que causa la muerte? – Decía Don Funcionario - ¿Sabe cual es la mayor preocupación de una persona, respecto a su deceso? Sepa usted señor mío, que lo más seguro que existe en la vida, es que todos vamos a morir. Hasta ahora, nadie, ha escapado a esa realidad y la mayor de las preocupaciones de un hombre, es que sus hijos queden a la deriva financieramente y como a las viudas les conviene, ellas nos ayudarán a convencer a los maridos de que deben aceptar nuestro ofrecimiento.

Don Magnate, jugaba de vez en cuando juegos de mesa, mediante los cuales había aprendido a no hacer visibles sus emociones y cuando, tenía todas las de ganar no movía un párpado y, cuando era inminente la pérdida de una gran fortuna seguía igual de impasible, mostraba escepticismo y desinterés. Pero de alguna manera, subjetivamente, provocaba al otro para que siguiese en su perorata.

- Para que los trabajadores – Abundaba Don Empresario – puedan suscribirse a lo que ahora propongo, deberán pasar un previo examen médico de manera que tendremos la seguridad de que nuestros afiliados son saludables físicamente y en lo demás, al solicitar empleo les haremos exámenes sicológicos como requisito indispensable, de manera que sepamos sus debilidades y así, sabremos que nuestros afiliados no son suicidas potenciales. Por una mínima cantidad, descontada por nómina, ofreceremos una increíble suma de dinero, tanta que no pueda ser despreciada por el hombre más templado, misma será pagada a quién inscriba libremente como beneficiario. Nuestro personal, el mismo de los bancos, cualificada para tal efecto y dentro de sus mismas labores que desarrollan actualmente, pueden hacerse cargo de esta encomienda. Así, no habrá necesidad de contratar más personal para el efecto. El negocio, no necesita ni siquiera capital, porque los mismos abonados nos lo proporcionarán; no vendemos, ningún producto perecedero, solo ponemos a la venta una promesa respaldada por nuestra capacidad de solvencia y que se verá cumplida única y excepcionalmente en casos muy concretos, pues defenderemos que cada párrafo, de cada cláusula del contrato sea cumplido estrictamente.

Don Magnate, bebió su último sorbo de café árabe y recomendó – Afina los detalles en tu idea, pues no es del todo mala – Don Empresario, no quiso mostrar rebeldía, ni quiso hacer notable la interrogación que se le incrustó en su mente. Bajó la mirada y se retiró, meditabundo como antes.

Echó mano, a su departamento legal, llamó a sus abogados más cualificados, en cada una de las ramas de la jurisprudencia y se dio a la tarea de hacer un proyecto escrito de lo que sería un contrato individual de seguro de vida. Comenzó, convenciendo al personal de vuelo de las líneas aéreas, después su labor continuó con la tripulación marítima; toda esa gente, hacía padecer a sus familiares cada vez que salían de viaje y en cada despedida, nadie sabía cuando sería la última.

Poco después, la inercia, llevó a los empleados de tierra a suscribirse, pues creyeron que era lo mejor para sus familias, los obreros de las factorías y los conductores de autos hicieron lo propio.

Se hizo publicidad promoviendo, no tanto el miedo a la muerte, sino a las consecuencias para los que se quedan vivos, la esposa y los hijos generalmente. Antes de eso, las esposas temblaban al pensarse viudas, ahora con este proyecto se liberaban parcialmente de ese temor, hasta podían darse el lujo de desearlo, pero – que sea de muerte natural, claro.

Pasó el tiempo, el negocio del miedo, resultó por mucho más fructífero que el resto. En un incendio, se vio reducida a cenizas una mansión y Don Empresario, observando y calculando, pensó en asegurar también las viviendas, después los autos y los bienes inmuebles. La gente, hizo grandes colas para asegurar, no solo su vida, quería asegurar también todas sus pertenencias, sus riquezas en especie y en efectivo, su cuerpo y cada una de sus partes, por esa mínima suma que – Cualquiera, se bebe en una noche de borrachera.

Nadie, estaba dispuesto a perder nada y si la perdía, recobrar algo mediante los seguros. Don Empresario, observando como siempre, sonreía con beneplácito se sentía satisfecho de haber colaborado en algo para el beneficio de la humanidad, mientras su bolsillo reventaba con sus ingresos, producto de una esperanza ante la fatalidad.

Los precavidos, con la ilusión, de cobrar un buen dinero por la pérdida de algo o alguien, cualesquiera que fuese ese algo o alguien.

Todo, se hacía por si las dudas, que nadie sabe en que momento pueda darse un percance y la magnitud del mismo; podría fácilmente, quedar invalido de por vida y que va a ser de mí y mi familia...


Este contenido se publicó originalmente en Y! Answers, un sitio web de preguntas y respuestas que se cerró en 2021.
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